La ciudad de las 22 reconquistas

Han pasado casi 13 siglos desde el primer asentamiento estable en este pedazo de tierra del sur de La Mancha, en la región de la Oretania occidental. Este asentamiento se produjo con la llegada de los árabes a la península a principios del siglo VIII. Antes, los romanos e íberos habitaron este territorio pero no dejaron fundada ciudad alguna en el valle del río Tirteafuera. De las dos grandes ramas agarenas que entraron, bereberes y siriacos, fueron estos últimos, comandados por Caleb, los que se asentaron y construyeron el Castillo hacia el año 745. lo situaron en una loma cercana a una laguna con el fin de asegurarse el bien del agua y desde la que de forma escondida y discreta se podía vigilar el valle. 
Regreso por Almodóvar de una expedición victoriosa durante la época musulmana (dibujo de Alfredo Palmero de Gregorio).

La fortaleza se nombro de Almudevar, que significa Agua Redonda, en alusión a la laguna que existía a su pies y comenzó gozando de una gestión autónoma. La plaza se encontraba en un lugar estratégico en la ruta que unía Toledo con Córdoba y debido a esa situación singular comenzaron las luchas entre los propios árabes por poseerla. En el año 756 perdió esa especia de autonomía y pasó a poder del Emirato de Córdoba; en el año 790 recobró su independencia con el caudillo Caleb-ben-Hafssum. El tercer Emir de Cordoba Alhakén I lo conquisto en el año 810, pero los árabes de Toledo entraron en él nuevamente el año 853 aunque poco duro su posesión porque el Emir lo tomó al año siguiente. Finalmente en el año 870 se produjo una gran batalla entre las huestes de Abd al-Rahman-ibn-Marwan, que se alió con Alfonso III de Leon, y los poseedores de la plaza, en la que algunos historiadores llaman la batalla de Almodóvar. En esta batalla se hizo prisionero al nuevo emir Mohamed y fue probablemente la primera vez que las huestes cristianas visitaron la zona.
Ayuntamiento de Almodóvar del Campo. Año 1928

Pero esa serie de alternativas es bien pequeña comparada con la que había de iniciarse al ser conquistado el castillo por los cristianos. Ocho fueron las reconquistas de la plaza por las mesnadas de la Cruz, a partir de la primera conquista efectuada por el gran Alfonso VI en 1085; aunque en el año 1086 la recuperó el emir de Sevilla. Al casarse el monarca con la hija de Al-Mu’tamid, rey taifa de Sevilla, la llamada infanta Zaida, que había de bautizarse y tomar el nombre de Isabel, el castillo de Almodóvar figuró como dote de la nueva reina cristiana por lo que se restituyo el dominio cristiano sobre la fortaleza. Durante unos años se convirtió en escenario de conferencias entre cristianos y árabes, colo lugar fronterizo. A la muerte de Alfonso VI, en 1109, volvió al poder de los mahometanos. La siguiente reconquista tuvo lugar en 1130, por Alfonso VII, que lo perdió, como su predecesor, en 1140. Se explica la obstinada porfía por poseer esta plaza, pues Almodóvar, junto con Calatrava y Almedina, era el más importante baluarte de la región, ya que como indicamos anteriormente se situaba estratégicamente a mitad de camino entre Toledo y Córdoba.

El banco de Santa Teresa, se conservaba en el Camarín del Carmen

El espíritu de las cruzadas transformo en odio de razas lo que había sido hasta el momento oposición de ambiciones, y la lucha entre cristianos y árabes entró en una nueva fase. Alfonso VII trajo a la Mancha a los famosos caballeros Templarios y con ellos conquistó Almodóvar en 1147. En esas fechas aparecieron los caballeros Calatravos, que con Raymundo de Fitero a la Cabeza se ofrecieron a defender la región, lo cual no pudieron realizar, pues el empuje de los almohades hizo capitular nuevamente la plaza en 1157. Los calatravos resistieron en su fortaleza de Calatrava la vieja la nueva avalancha agarena y adquirieron el firme propósito de defender y rescatar Almodóvar y toda su región.

Los primeros maestres lo intentaron infructuosamente, pero el tercero Martín Pérez lo consiguió en 1173, aunque su victoria quedo empañada por la crueldad del maestre, que mandó degollar a los 200 cautivos apresados tras la toma del Castillo. Los árabes volvieron nuevamente sobre Almodóvar, tomando el castillo, pero el Calatravo atacó con resultado eficaz recuperándolo. Más aun había de caer en el poder del alarbe nuevamente cuando, en 1195, los cristianos sufrieron una de sus más grandes derrotas, la batalla de Alarcos.
Interior de la Iglesia parroquial. Año 1928

Almodóvar, como toda la región de la Mancha, fue finalmente reconquistada por Alfonso VIII a principios del siglo XIII, poco antes de la victoria en las Navas de Tolosa (año 1212). Fueron veintidós en total las conquistas del castillo de Almodóvar por cristianos y árabes, caso único en la historia de la reconquista, y por ello se justifica que al quedar definitivamente en poder de los cristianos, no hubiese en este lugar población importante, que no pudo edificarse con tan continuada peripecia bélica.

Sería necesario un gran espacio para glosar los restantes recuerdos históricos de la ciudad de las veintidós reconquistas, como con propiedad puede ser llamada Almodóvar. A poco de la victoria de las Navas se fue formando un poblado a la sombra del Castillo. Adscrito a la Orden de Calatrava, que desde entones aumentó gradualmente su pujanza, ésta restauró la fortaleza y levantó la muralla que rodeó a la primera. Fue entonces cuando se agregó a la denominación primitiva el determinante del Campo, para recordar que formaba parte del campo de Calatrava, y de esta  forma el nombre de la población quedó en Almodóvar del Campo.
Vista panorámica de la laguna. al fondo se aprecian las siluetas de los dos antiguos molinos de viento.

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En 1928 D. Ángel Dótor nos regaló un precioso artículo publicado en la revista La Esfera en su número 780, el 15 de diciembre del año indicado. El motivo de su artículo fue la publicación del libro Historia de Almodóvar del Campo, escrito por D. Edgar Agostini. En esta entrada nos hemos basado en el mismo para para contaros el devenir de la ciudad de las 22 reconquistas, caso único en la historia de España y que nos indica la estratégica posición que tuvo Almodóvar del Campo entre los siglos VIII y XIII.  La entrada la hemos completado con algunas de las imágenes que se presentaban en la publicación. 

Con esta entrada completamos la historia del desaparecido Castillo de Almodóvar, al que ya dedicamos una entrada sobre su situación y como era.

El articulo completo, publicado en la Revista la Esfera, lo podéis descargar del siguiente enlace:


Espero que os guste.

Referencias:



Lavar, secar y planchar y vuelta a empezar

Hace poco os contamos cómo se elaboraba el jabón de sosa, jabón que se utilizaba para lavar antaño en las casas. Por supuesto el jabón se usa y se ha usado siempre para lavar ropa, en la limpieza domestica y en el higiene personal, pero ¿Cómo se desarrollaban estas tareas cuando no disponíamos de las comodidades que actualmente nos brindan nuestro hogares? es esta entrada os mostraremos algunos objetos que se utilizaban y como se hacían estas labores.

Hasta hace no mucho las casas no disponían de lavadoras, ni siquiera de agua corriente, por lo que las tareas de limpieza eran mucho más trabajosas, hasta el punto incluso de derivarlas en gente que se especializaba en ello. Llegó a existir un gremio, el de las lavanderas, que por no mucho dinero o a cambio de viandas lavaban la ropa de sus vecinos. Tarea muy dura y no bien pagada.

Diversos modelos de planchas, algunas de carbón y otras ara calentarlas en fogones.

Cuando no llegaba el agua a las casa, en general  no se solía lavar la ropa en el hogar por razones funcionales y de higiene, únicamente alguna prenda suelta se podía lavar en la pila que solía haber en los patios. Lo más habitual era ir a lavar las ropas y en especial lo que se llama la  ropa de cama a los lavaderos y allí también se “soleaba” para blanquearla.

En muchos pueblos había  lavaderos en las zonas por las que pasaban los arroyos o en zonas cercanas a pozos y albercas. Estos edificios cayeron desuso durante años, pero en muchas localidades, si no se derrumbaron, se están volviendo a restaurar por su valor como referencia histórica, acción que nos parece muy positiva para que se conozca como era la vida no hace tanto. En Almodóvar del Campo no tenemos constancia de que existiera un lavadero público como tal, o por lo menos no quedan restos de él, tan solo podemos encontrar restos de unos pequeños lavaderos en el conocido como el “Huerto Arriba”. También se iba a lavar al “Huerto Silvestre”. Hasta estos lugares se transportaba la ropa en burros o en carrillos, y las mujeres se reunían en ese lugar para lavar. El Huerto Arriba se situaba en el camino que sube a la Santa desde el huerto de Corchado. En la siguiente imagen os mostramos una toma aérea con la ubicación del huerto.

A la izquierda podemos ver la ubicación del Huerto Arriba, situado al Suroeste de Almodóvar, en el camino que lleva su nombre. A la derecha la flecha roja nos indican donde se ubicaba el lavadero dentro de la huerta, hoy en día en ruinas. Se aprecia la estructura redonda de la alberca y las dos rectangulares a su lado que eran los lavaderos.
En la fotografía de la izquierda vemos cómo eran los lavaderos, os cuales estaban divididos en dos partes, ya que en una zona se enjabonaba y en otra se aclaraba. También se aprecia la inclinación de la piedra hacia dentro, donde se apoyaban las tablas de lavar o se lavaba directamente sobre la piedra. A la derecha tenemos los restos de la alberca con la Santa al fondo.

La tarea de lavar consistía en mojar la ropa, enjabonarla, golpearla, frotarla y antes de aclararla se extendía sobre la hierba para “solearla”, de esta forma se conseguía blanquearla. Las prendas se frotaban sobre piedras o sobre tablas que se sumergían, por su parte inferior, en el agua. Cuando las prendas ya estaban limpias y aclaradas se extendían sobre arbustos o tendederos de madera para que se secasen al sol.

Esta tarea podía durar una jornada, ya que se llevaban a los huertos toda la ropa de cama de la casa. Había que dejar tiempo para cada uno de los procesos de enjabonado, soleado, aclarado y secado, y por ello también se convertía en un acto social ya que las mujeres aprovechaban esos días para juntarse, contarse sus cosas y echar unos cantes.
Tabla de madera para lavar la ropa y unos trozos de jabón. La parte curva de la tabla era en la que se apoyaban las lavanderas y la parte de arriba, la recta, era la que se introducía en el agua. Las estrías horizontales servían par frotar mejor la ropa.

Tras el lavado y el secado llegaba la tarea más ardua para algunos y relajante para otros: el planchado. Las planchas más antiguas eran simples piezas de metal con una cara lisa y un mango de madera, que se calentaban encima de la placa de los fogones de las cocinas de carbón. Más tarde se evolucionó a las planchas de chimenea, en cuyo interior se ponía carbón ardiendo, de esta forma no hacia falta tener que estar calentando la plancha en el fuego. La evolución nos ha llevado a las planchas eléctricas y este pequeño electrodoméstico no ha parado de añadir funcionalidades para asombro de sus usuarios.
Planchas antiguas, las que se calentaban en los fogones. Fotografía sacada del libro de aperos y objetos olvidados.

Evolución de las planchas, a la izquierda la conocida como plancha de chimenea, en la parte ancha se metía en carbón ardiendo. La plancha de la derecha es una de las primeras eléctricas, se puede apreciar el enchufe (aunque sin cable) en su lateral.

Antigua tabla de planchar de madera, sólo tenían unas patas que sostenían la parte más ancha, la parte estrecha se apoyaba en una encimera o en una mesa.

En pocas lineas os hemos contado el proceso de lavado, secado y planchado, pero esta tarea doméstica precisaba para su realización a veces hasta un par de días… Con razón mi abuela Eulalia siempre decía que uno de los mayores inventos del siglo había sido la lavadora.