Las Minas del Horcajo. Parte 2: ¡Nunca os olvidaré!
Viene de la primera parte
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"Continuando mi visita en la citada planta de Ana María, bajé por una calderilla sobre el filón de San Alberto á 9ª, después de haber visto las labores de los dos filones y un ramal que parte de Ana Maria con nombre de filón.
Ya no hacía caso de mí cuerpo, que se encontraba perpetuamente mojado, tanto de las filtraciones del techo como de la corriente del suelo que pisaba; resuelto, y decidido, quería verlo todo, no consintiendo el señor ayudante que bajase á la 10ª por la gran cantidad de agua que allí existe.
Vista de Minas del Horcajo, principios del siglo XX.
Los obreros trabajan en ella casi desnudos, porque siendo esta la última planta es como si dijéramos, la cloaca de aquel país subterráneo, donde se reúnen todas las aguas de la mina. Detuvímonos un buen rato, y ocurrióseme indicar á mi amable acompañante el propósito de escribir algo, aunque fuera malo, sobre ésta mi introducción, en la mina, refiriéndome este señor, que otro, á quien acompañó, le había inspirado la letra de una habanera, que se sirvió tararear
Sus dulces endechas y la melodía de la música, así como la serenidad imperturbable de mi guía, hiciéronme gran efecto. Pensé en aquel momento que el hombre-minero, no siente el instinto de conservación, y creo que el trato á estos señores, comunica valor a los demás, porque yo le escuchaba extasiado, no acordándome ya de los infinitos peligros que allí dentro nos amenazaban.
¿Pero quién no se deleita oyendo una canción á 180 metros de profundidad?
Entierro de 5 mineros fallecidos en accidente. ABC 5 de mayo de 1095.
Cuando pensé en serio dónde estaba, me estremecí y me dieron ganas de echar á correr y buscar la salida... ¡la salida! torpe empeño hubiera sido, Porque allí, sólo el práctico sabe salir, y muchas vejes la brújula deja dé regir, por lo que tengo mis dudas, si no se originará de aquí aquello de, perdí la brújula.
Grandes, deseos tenía ya de que á mi cicerone le diera la gana de que nos marchásemos fuera de aquel antro y diciéndome si quería ver algo más, contestándole que no, emprendimos nuestra ascensión por el pozo de bombas, que es el de más profundidad, constando de 492 metros, y dedicado única y exclusivamente á la extracción de aquél. Subí por una escala, tan próxima á la máquina, que tenía necesidad de llevar los brazos ceñidos al cuerpo para evitar que no agarrase mi vestidura, y con ella mi cuerpo. Llegamos por fin á la 7ª planta y lo confieso; ya no sentía los brazos en sus articulaciones superiores.
Una vez allí, nos dirigimos al pozo San Miguel, por donde se hace hoy la extracción del mineral. El vigilante, previa la orden del Sr. Moyano, tocó la campanilla, anunciando en la superficie al maquinista que subiera. Nos metimos en un wagon qúe estaba dentro de la jaula, y al cabo de una detención, porque al extremo opuesto del cable la otra jaula tenía que hacer un servicio, salimos á la luz del día después de viajar en esta nueva forma, para mí, 140 metros.
Fotografía estereoscópica. Calle de la arcilla, Minas del Horcajo, Año 1911.
Yo salía confusa de semejante infierno hecho por los hombres. Aquel ruido es inexplicable, producido por el continuo rodar de los wagones sobre la férrea vía; aquel penosísimo trabajo de unos y otros; el minador destruyendo y siguiendo siempre la brillante veta; el entibador asegurando el trabajo de aquél, y la mina amenazando siempre con la muerte, me llegó á preocupar por completo, hasta el punto de afectarme.
¡Cuánta exposición para proporcionarse el sustento! ¡Cuántas penas y sobresaltos no pasarán las familias de aquellos seres, de aquellos hijos del trabajo! Y al final de la jornada ¿qué? la miseria, la inutilidad ó la muerte.
Qué hermoso me pareció el día después de haber permanecido tres horas en las entrañas de la tierra. ¡Oh! nunca he admirado á la naturaleza tan bella, y al sol tan resplandeciente.
Imagen aérea de Minas del Horcajo año 1946. Map Service EEUU.
Miré por la ancha abertura del pozo hacia su inmensa profundidad con respeto, y dije: ¡hombre, eres invencible! Tu sabiduría y tu ciencia hacen prodigios; lo mismo surcas los mares y dominas los vientos, que te introduces en las compactas entrañas de la tierra, yo por mi carácter escudriñador, lo hice una vez y no me arrepiento de ello; ¡pero entrañas de la tierra, no me tendréis más en vuestro seno!
Basta del interior de la mina, y hablemos algo de su exterior.
En las minas están explotándose en la actualidad por la sociedad titulada “La Minería Española” de la que es gerente D. Ceferino Avecilla. Doy las más sentidas gracias á este señor, por haberme hecho el sin igual servicio, aunque triste, de presidir el acto de sepultar á mi inolvidable madre.
Es ingeniero director D. Federico Remfry, ingeniero á quien debo consagrar un tanto por recuerdo de consideración y de afecto. Posee el título de ingeniero de minas de su país, Alemania y Bélgica, y díjome que haría los ejercicios para tener también el de nuestra nación.
A su actividad se deben, sin duda alguna, la buena organización y admirable orden de aquel gran establecimiento, y el aumento de máquinas y aparatos, siendo notable la que ha montado hace poco para el lavado de los minerales.
Se acaba dé sentar una vía general que pasa por los sitios de extracción, y una preciosa locomotora, de fuerza de cuatro caballos, arrastra los vagones hasta el; lavadero, economizando por este sistema tiempo y capital.
Están explotados ya más dé seis kilómetros de mina en sus diez plantas, faltándoles todavía mucho para concluir las concesiones que allí poseen.
El mineral de plomo argentífero es de lo más rico en su clase, dando por término medio un 8 por 100. Se han presentado en varias ocasiones, grandes bolsas con plata nativa, de una calidad tan superior, que basta con apreciar su valor en 99 por 100. He visto algunos de estos ejemplares llamándome mucho la atención por lo caprichoso de su forma. No parece sino que la naturaleza se ha complacido colocando en un feo pedrusco una enmarañada caballera de tan rico metal.
Poseen estas minas 15 máquinas que arrojan un total de 303 caballos de vapor.
La administración confiada a los Sres. Villareal y Mendoza no deja nada que desear al más escrupuloso, secundando hábilmente las órdenes de la gerencia.
Vista panorámica de la población. AMAC.
Merced á la iniciativa enérgica del señor contador, se organizó una charanga de veinte individuos qué, protegida incondicionalmente por el señor Ingeniero Director, hasta recabar una pequeña asignación de la gerencia para su testimonio, é instruida ya, dirigida magistralmente por el profesor de música y empleado en aquel centro D. José Benedid, hace las delicias de los vecinos de aquella localidad, interpretando admirablemente las más bellas y difíciles composiciones musicales. Yo, me he extasiado oyéndolos, al par que contemplaba aquellos dignos obreros, rendidos por la fatiga del trabajo, reunidos en su academia y robar horas al descanso para dedicarlo al estudio del arte divino. Reciban estos mi fraternal saludo.
Concluyo con un cariñoso adios á todos y cada uno de los muchos amigos que allí dejé.
¡Minas del Horcajo! ¡En vuestro suelo está la tumba de mi madre! ¡Nunca os olvidaré!"
HORACIO PASCUAL Y CASTAÑON. Marzo de 1879.
Tristes las circunstancias en la que Horacio tuvo que ir a Minas del Horcajo, pero muy bella crónica la que nos dejó y que por unos momentos nos permite abstraernos y acercarnos a como era la vida en este lugar, sus minas y su gente a finales del siglo XIX.
Estado actual de la entrada al pozo San Juan.
Horacio murió en Madrid en Febrero de 1895; para aquel entonces Minas del Horcajo seguía creciendo sin que se atisbara su destino. Actualmente no llegan a 10 los vecinos censados, herederos de aquellos que allí vivieron y que se resisten a abandonar su pueblo, su hogar. Cerramos estas dos entradas dedicadas a Minas del Horcajo con una fotografía de uno de los pocos restos que quedan, el castillete de la Mina Malacate. Si nos fijamos bien, esta construcción es la ruina de la construcción que mostrábamos en primer plano en la primera fotografía de la primera parte.
Quizá algún día la explotación de estas minas pueda volver a ser rentable, quizá algún día el Horcajo pueda recobrar su esplendoroso pasado; quien sabe. Hasta entonces nos queda su recuerdo y un bello paraje que recomendamos visitar tanto por su entorno como por la energía que sigue desprendiendo, fruto de la vida que contuvo.
Estado actual de la entrada al pozo Malacate.
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