El castillo de Almodóvar del Campo. Como era y donde estaba.

Almodóvar del Campo tuvo un castillo, ese en un hecho histórico que conocemos a través de los diferentes estudios que se ha realizado, ya que restos de él no podemos contemplar actualmente ninguno. La historia del castillo está detallada gracias, entre otros, a los trabajos de Eduardo Agostini, Manuel Corchado Soriano y más recientemente Isaac Pérez Infante. En esta entrada vamos a recopilar algunos datos sobre nuestro castillo para intentar hacernos una idea de donde estaba ubicado y cómo era. El castillo fue construido en el año 745 d.C. por los Siriacios (tribu procedente de Siria), una de las dos ramas Agarenas (descendientes de Mahoma) que llegaron a la península Ibérica procedentes del norte de África.


Del Darro al Castillo. F. Herreros (programa de fiestas de Almodóvar del Campo de 1952).

El desaparecido castillo fue posiblemente el bastión defensivo que más cambios de manos tuvo durante la época árabe y en la reconquista en la Península Ibérica. Hasta 22 veces fue reconquistado por luchas internas entre árabes y posteriormente entre árabes y cristianos. Por ello es posible que el núcleo urbano de Almodóvar no se desarrollara hasta bien entrado el siglo XIII; tanta batalla no permitía asentar a una población estable. En todo caso esa historia la dejamos para otra entrada y hoy nos vamos a centrar en el edificio en sí, su descripción y ubicación.

Gracias a unas fotografías aéreas realizadas en los años 1946-1947 nos podemos hacer una idea de cuál fue la situación del castillo. Hace algunos meses a través de una página web que compartió por facebook Juan Martínez (www.mapadebolsillo.com) pude visualizar unas fotos aéreas del núcleo urbano en esas fechas, aprovecho estas líneas para felicitar a Juan por las bonitas fotografías que nos regala del pueblo y su entorno. Si bien en esa época ya no quedaban vestigios en altura del castillo, en el relieve del denominado cerro del castillo se puede apreciar todavía en las fotografías la zona que ocupo el edificio. La explotación de las canteras de grava en su entorno no había comenzado de forma masiva. 


Imagen aérea Almodóvar del Campo (ortofoto año 1945-1946).


Situación del castillo sobre la fotografía aérea, para facilitar su ubicación también indicamos también la posición de las ruinas del molino y de la ermita del Calvario.

La ubicación el castillo presenta una peculiaridad frente otras fortificaciones de la época, como nos describe Eduardo Agostini:

“Situado en lo alto de la sierra habría dominado los valles; construido en Puertollano o en Navalromo habría asegurado la posesión de esos puertos. Y no obstante, los constructores se limitaron a levantar dos torres de observación y señales, visibles a través de los picos de la sierra y un castillo oculto a las miradas de las tropas procedentes de Córdoba, verdadera revolución dentro de las costumbres militares de la época ¿Por qué obraron así? Instintivamente, nuestra atención se fija en la tranquila laguna que descansa a la sombra del castillo. Despreciaron la sierra, la inexpugnabilidad y el horizonte dilatado, para asegurarse el agua. En épocas de guerra a caballo y de largas jornadas al sol por una tierra seca, un abrevadero más que suficiente, una laguna de un diámetro medio de seiscientos metros, significaba la vida y la victoria, y bien valía la construcción de un castillo.”

En época musulmana el castillo fue sobre todo un bastión defensivo y de aprovisionamiento. En 1215 el castillo fue tomado definitivamente por los cristianos, se reconstruyó y se sustituyó el arco de herradura por un arco gótico. En el siglo XVI encontramos una breve descripción del castillo en las Relaciones Topográficas escritas en tiempos de Felipe II, en ellas se indica:

“En esta villa según está referida hay un castillo antiguo fuera del pueblo, a la parte del oriente en un alto que llaman la cuesta del castillo, es fortaleza de cuatro torres de cal y canto cercada de sus murallas altas y bien fuerte de tapia gruesa y real y una caba al derredor y es edificio muy antiguo y según se cree fue edificado de moros y ansí se ha llamado castillo de Almodóvar, el cual es anexo a la encomienda y la redificación y reparo de él incumbe al Comendador de la dicha villa.”


Extracto de las Relaciones topográficas de Felipe II (año 1575).

El declive del castillo mucho tuvo que ver con su abandono por parte de la Orden de Calatrava. Una vez estabilizada la reconquista y con el consecuente desarrollo del núcleo urbano, la Orden de Calatrava construyó una casa en la villa de Almodóvar. La casa estaba situada en la esquina entre la Plaza de la Trinidad (parte trasera de la iglesia) y la calle de San Juan Bautista de la Concepción. Los comendadores, el alférez y personal de la orden comenzaron a alojarse en esta casa, más cómoda y funcional que el castillo. El edifico quedó sin uso y poco a poco entró en ruina.

Un descripción completa del castillo la podemos encontrar gracias al trabajo de Manuel Corchado Soriano, el cual publicó en el programa de fiestas del año 1973 un expediente de la Orden de Calatrava, escrito en 1576, que contenía una descripción del estado de conservación del castillo. El objetivo del documento era obtener información para realizar un presupuesto de reparación. El castillo tenía una puerta barbacana con un adarve defensivo situado en la parte más accesible de la muralla; la muralla tenía bastiones defensivos en sus esquinas. Dentro del recinto amurallado se encontraba la torre del homenaje y diferentes estancias como mazmorras, casa de armas, cocina, aljibe, atahona (panadería), cuadras, una casa palomar, escaleras... es decir todas las instalaciones para tener una edificación autónoma en caso de asedio. La torre del homenaje es posible que fuera construida en una ampliación al edificio primitivo, ya que estas no eran usuales en los edificio defensivos musulmanes del siglo VIII.


Cómo era el castillo de Almodóvar. Manuel Corchado Soriano (programa de fiestas de Almodóvar del Campo de 1973).

Según indica Manuel Corchado, tras hacer una visita al recinto:

“…Su primitivo plano, al cual debió ser rectangular, de aproximadamente 65 x 45 metros orientado su eje de mayor longitud en la dirección N a S, y quedando su puerta principal mirando al poniente, hacia el actual pueblo; debió contar con un recinto amurallado, reforzado por cubos redondos en las esquinas, en medio de los lienzos y protegiendo a la puerta; aunque esto cubos no debían ser más elevados que las murallas, su construcción de mampostería contras taba con los tapiales de los lienzos…”

Isaac Pérez aporta otros datos en su artículo publicado en el programa de fiestas de 2013:

“… En los lados o caras que miraban a la laguna y al pueblo, su defensa debió estar confiada a la verticalidad o pendiente en las faldas del cerro volcánico, por entonces escabroso y de difícil acceso. Las almenas coronaban los muros defensivos (el adarve). Dispuso de dos profundos fosos secos que debieron cortar la meseta o cumbre en dirección este-oeste. Entre ambos fosos estaría ubicado el castillo…”

Estos fosos se pueden intuir en la fotografía aérea mostrada anteriormente. La puerta principal estaría mirando en dirección hacia el actual pueblo.

La reparación del castillo nunca llegó y la explotación de canteras de arena en su entorno, unido a que el material del edificio se reutilizó en la construcción de edificaciones en la villa, aceleró el proceso de ruina. En 1780 todavía se hablaba de la espalda, cuesta y circunferencia del castillo. El párroco de este tiempo nos indica que las medidas del mismo eran de 68 x 57 pasos, del mismo orden de magnitud que las indicadas por Corchado, que el grosor de las murallas era de dos varas y la altura de más de 10 (una vara castellana equivales a 83 cm).


Entrada al Aljibe (fotografía del año 1970 aproximadamente, tomada del programa de fiestas del año 2013).

En 1830 quedaba de él toda la cimentación y la pared en una altura de menos de 2 metros; en 1847 se conservaban aún dos lienzos de pared que bien probaba haber pertenecido a uno de los mayores castillos de todo el campo de Calatrava. Hacia 1970 únicamente quedaba la entrada del aljibe, que mostramos en una fotografía, y algún resto de cimentación de la muralla que resistió hasta aproximadamente 1990. Hoy en día ya no queda absolutamente nada. Las explotaciones de grava y arena han hecho desaparecer hasta los cimientos.


Castillo de Alhonoz en la provincia de Sevilla. El castillo de Almodóvar del Campo en su origen pudo tener una configuración parecida.

Para hacernos una idea más visual de cómo pudo ser el castillo, hemos estado buscando fotografías de castillos que fueron edificados en la misma época. Dada la antigüedad no es fácil encontrar edificios en buen estado, pero más o menos nos podemos hacer una idea de la arquitectura que debía tener el castillo en su origen a través de las del castillo de Alhonoz, situado a 19 km al norte de Estepa, a 10 km de Herrera y a unos 25 km al sureste de Écija. Este castillo ya aparece en crónicas árabes del siglo X. No tiene torre del homenaje, como ya hemos comentado que era normal en los primeros castillos árabes, de uso defensivo.


Montaje fotográfico superponiendo la imagen aérea de Almodóvar y la planta del Castillo de Alhonoz.

Por último hemos realizado un montaje con la planta del castillo de Alhonoz situándolo donde estuvo el de Almodóvar, quizá sea lo más cercano que hemos podido hacer para imaginarnos cómo era nuestro castillo. 

Si bien los restos de nuestro castillo serán imposibles de recuperar, al menos su recuerdo y su historia sí que tenemos que hacer que perviva. Fue un gran castillo, con una intensa historia que lo hizo envejecer prematuramente. Desde la perspectiva actual una pérdida irreparable para el patrimonio cultural del pueblo de Almodóvar del Campo. Es muy posible que todavía los bloques de piedra y mampuestos que un día formaron parte de sus muros sigan enterrados en cimentaciones y alguna pared de edificios de Almodóvar. Extraño destino el de nuestro castillo, desapareció para propiciar el crecimiento de la villa que se desarrollaba a sus pies; eran tiempos duros y un edificio en ruinas era una rápida y económica cantera para obtener material de construcción. Esperamos que su historia y emplazamiento se sigan recordando por mucho tiempo.


Estado actual del lugar donde se ubicaba el castillo; las ruinas del viejo molino se observan al fondo.

Referencias:

Cómo era el castillo de Almodóvar. Manuel Corchado Soriano. Programa de fiestas de Almodóvar del Campo de 1973.

Sobre el topónimo de Almodóvar y su castillo. Isaac Pérez Infante. Programa de fiestas de Almodóvar del Campo de 2013.

Del Darro al Castillo. F. Herreros. Programa de fiestas de Almodóvar del Campo de 1952.

La ciudad de las veintidós reconquistas. Ángel Dotor. Revista La Esfera, año XV, número 780. 1928.

Historia de Almodóvar del Campo. Eduardo Agostini Banús. Diputación provincial de Ciudad Real.

Historia de Almodóvar del Campo, de su albores a 1925. Anacleto del Barco. Cuadernillos de Historia de Almodóvar del Campo nº 1. Asociación de Amigos de la Historia de Almodóvar del Campo.

Relaciones topográficas de Felipe II. 1575.

Diccionario Geográfico-Estadístico-Histórico de España y sus posesiones de Ultramar. Pascual Madoz. Tomo II. 1845.

http://desdelaalcazaba.blogspot.com.es/2013/08/el-castillo-de-alhonoz-o-aljonoz-una.html

Primitivo Garach Espinosa. Maestro mayor del gremio de los zapateros sevillanos, con origen en Almodóvar del Campo.

A media mañana de un día de primavera el sol continua desplazándose en su trayectoria cercana ya a su cenit. Todo parece seguir la rutina diaria cuando un Rolls Royce blanco aparece en la plaza Mayor de Almodóvar del Campo. El vehículo se desplaza despacio, llamando la atención de los pocos transeúntes que están a mediodía en la plaza y calles aledañas. El vehículo se detiene pasada la entrada principal de la iglesia. Se abre la puerta delantera del Rolls y baja el chófer, ataviado con una larga levita blanca y gorra a juego. La escena fuera de lo habitual no pasa desapercibida a ojos de los vecinos, que se paran a observar la escena. El conductor abre la puerta trasera del vehículo y lentamente baja Primitivo Garach Espinosa.

Anuncio de calzados Garach

Primitivo tiene casi 90 años y nada más bajar mira hacia el edificio del ayuntamiento, respira profundamente, cuando dejó Almodóvar estaba recién construido, hace ya más de 60 años. Ya hemos llegado– pronuncia con acento sevillano y regusto manchego. En este pueblo pasó su juventud y ahora viene a despedirse de él. Aquí vivió con sus padres, Francisco y Purificación y sus hermanos, Evarista, Everilda, Iltrudis, Francisco y José. Gira el cuerpo y caminando pausadamente entra en la iglesia.

Tras charlar animadamente con el párroco durante un rato, hace un generoso donativo para la iglesia y para el convento de las monjas Jerónimas. Sale de la iglesia por la puerta principal y se acomoda de nuevo en su automóvil. Le indica al chófer que ponga rumbo hacia el cementerio, pero antes quiere pasar por la calle de Postas (actual calle San Miguel), en ella estaba la casa de su juventud, es esa calle había jugado con sus hermanos y vecinos.

Extracto del Anuario-Riera 1908, pág. 1.601; en la sección de zapaterías aparece Francisco Garach

Los recuerdos se le agolpan en la mente, se acuerda de una anécdota en la que un paisano de una aldea llamó a la puerta de su casa, y cuando abrió su hermana Everlinda preguntó: ¿Vive aquí pajas largas el “cobetero”? –a lo cual su hermana contestó: –No, se ha equivocado usted, aquí vive Francisco Garach, el pirotécnico. El paisano se excusó amablemente por haber molestado y volvió a preguntar ¿Pero aquí venden “cobetes”? Una tímida sonrisa se dibuja en la cara de Primitivo al recordar aquello, su padre, de mote pajas largas, por los cohetes con los que comerciaba, regentaba una pequeña zapatería además de vender productos pirotécnicos.

Con él aprendió el negocio que luego guiaría su vida, la venta de zapatos. Los hijos de aquel zapatero escogieron el trabajo de viajantes. Sus hermanos mayores y él mismo hacia 1920 comenzaron a viajar por diferentes ciudades del sur de España. Contaba sólo con 16 años cuando en sus primeros viajes se topó con la ciudad de Sevilla, de la cual se enamoró. Su padre murió el 15 de septiembre de 1922 y ello les obligó a tener que salir del nido de forma temprana, en todo caso ya hacía tiempo que se habían dado cuenta que Almodóvar se les quedaba pequeña para sus negocios e inquietudes. Con 34 años, en pleno otoño de 1936 y con la guerra civil en sus inicios, invirtió sus ahorros en la apertura del establecimiento que fue su vida, el de la calle Tetuán de Sevilla, su escaparate estaba junto a la farmacia del Globo. Su hermano Francisco se asentó en Granada y el tercero de los hermanos, José, falleció en la contienda. Los dos hermanos que quedaron forjaron una amplia red comercial en Andalucía y norte de Marruecos, especializándose en el calzado de calidad. Primitivo recuerda esos viajes en hidroavión, atravesando el frente en plena contienda, a Mallorca a por género para sus tiendas. –En la Sevilla de entonces no se tocaba bien el zapato sentenciaba con solidez cuando le preguntan el porqué de su éxito.

ABC edición de Sevilla 22-12-1986 pág. 31, artículo sobre Garach

Su fama se acrecentó y la zapatería Garach se convirtió en el punto de referencia de la venta de zapatos en Sevilla. Los duques de Medinaceli, la Duquesa de Alba, Pastora Imperio, la Niña de los Peines, Lola Flores, Manolo Caracol, Gallito, Antonio y Enrique el Cojo fueron algunos de sus asiduos clientes. Sus manos trataban con cuidado y buen hacer ese bien preciado que tenemos que son los pies. Su anuncio en Radio Sevilla: "Niñas, jovencitas, vuestros zapatos en Garach. Calzados Garach, imponen la moda..." marcó toda una época, la moda era tener unos zapatos de Garach. También recuerda su vida social, las noches con sus amigos Quintero, León y Quiroga y con la compañía de Concha Piquer. ¡Qué años! ¡Qué recuerdos!

Por un momento, al llegar al principio de la calle de Postas, se acuerda de cuando, siendo aun un niño, tocaba el clarinete en la banda de música. –Una vida rodeado de tanto arte y al final uno se acuerda de las cosas más sencillas– piensa con ingenuidad infantil.

Llegan al altozano y Primitivo indica al chófer cómo dirigirse hacia el cementerio municipal. En el paseo central del cementerio a mano izquierda, cerca de la entrada, se encuentra la tumba de sus padres, de su hermana Iltrudis y de un hijo de ésta. Su hermana Ilrtudis falleció en 1939 y su madre Purificación en 1951, sus otras hermanas al casarse fueron abandonando Almodóvar y ya no queda nadie de su familia aquí. Primitivo se sabe el último de su generación, su hermana Evarista murió en 1967, Everilda en 1979 y por último Francisco en 1981. Lentamente camina y deposita unas flores sobre la lápida familiar –¿Quién volverá a traer flores?– se pregunta con honda tristeza; es un momento muy íntimo para él, reza solemnemente el Padre Nuestro y se despide emocionado. Es muy posible que no vuelva ya por aquí más. Toda la vida pasa por su mente, se asusta de la rapidez con la que se suceden las escenas, y da gracias a Dios por cómo se ha portado la vida con él; sonríe tímidamente mientras regresa hacia su coche, recordando lo que escribían sobre él en su Sevilla del alma:

“…Don Primitivo era zapatero culto, leído, viajado, liberal donde los hubiera, compadre de otro gran maestro de su oficio, el sastre O´Kean. Paseaban los dos por la avenida camino del bar de los soportales de la calle Alemanes donde hacían tertulia y se les veía señores de la Real Maestranza del Comercio, esa que sin tanto cuento y tantas tonterías de los pergaminos y los cuatro apellidos dio a la ciudad riqueza, continuidad en el mercado frente a la inexpugnable fortaleza de las convenciones...”

Sección de Viajeros del diario El Defensor (Almodóvar del Campo), 24 de julio de 1921

Sevillano de adopción y manchego de origen. Su pasión fueron los zapatos, sus amigos y el Sevilla F.C. del que era socio protector. Ahora que veía cercano el final de sus días anhelaba por unos instantes aquella infancia feliz en el pueblo, jugando en la calle de Postas, asistiendo a la escuela, viendo los encierros, tocando el clarinete en la banda de música y disfrutando de la verdadera libertad que disfrutan los niños en los pueblos –qué corta era la niñez en aquellos tiempos murmura sigilosamente. Un pedazo de su corazón siempre estará en este rincón de La Mancha. Indica al chófer como tomar el camino de salida y con voz seca le dice –al llegar al cruce gire a mano derecha, a Sevilla nos vamos por Navalrromo.
_________________________
                                                        _______________________
                                                                                                            ________________________

Francisco Garach Ríos se estableció en Almodóvar del Campo a principios de siglo XX, fundando un negocio de venta de zapatos y pirotecnia. Sus hijos, personas con gran inquietud, comenzaron el comercio de zapatos, convirtiendo a las zapatearías Garach en un referente en la venta del zapato en la segunda mitad del siglo XX, en las principales ciudades de Andalucía. Todavía recuerdo un viaje a Sevilla con mi abuelo Manolo cuando era niño, al pasar por la puerta de la Zapatería Garach de la calle Tetuán entramos a saludar a Primitivo, cuya familia había sido vecina de la nuestra en Almodóvar. Primitivo nos recibió amablemente y charló animadamente un rato con mi abuelo. Murió el 20 de abril de 1998 a los 96 años de edad. Con esta entrada queremos rendir un homenaje a esta familia de emprendedores.

El texto escrito es una ficción novelada sobre la última visita que hizo Primitivo Garach a mediados de la década de 1990 a Almodóvar. Los personajes y hechos descritos son reales. El viaje de Primitivo a Almodóvar también fue real y en él nos hemos basado para componer la historia.

Tumba de la Familia Garach en el cementerio de Almodóvar del Campo

Referencias:

ABC Sevilla 22-12-1986 pág. 31

Anuario-Riera 1908 nº 1 pág. 1.601

El Defensor (Almodóvar del Campo), 24 de julio de 1921