Don Blas de Lezo. El héroe español olvidado del sitio de Cartagena de Indias.
Esta entrada la vamos a dedicar a un personaje de la historia de España, injustamente tratado en su tiempo y prácticamente olvidado depues, Don Blas de Lezo y Olavairreta, Marqués de Ovieco, a título póstumo, y Teniente General de la Armada Española.
Cuadro de Don Blas de Lezo. Museo Naval Madrid
Si viajamos a Londres y vistamos la abadía de Westminster podremos ver la tumba del Almirante Sir Edward Vernon, y leer a su pies una placa en la que se indica:
“Redujo a Chagre y conquistó Cartagena (de Indias) hasta donde las fuerzas navales pudieron llevar la Victoria”
La verdad es que la coletilla esa de “hasta donde las fuerzas navales pudieron llevar la victoria” suena algo rara ¿o no? ya veremos más adelante lo que pasó. Si significamos que los ingleses han sido unos grandes maestros a la hora de escribir la historia, tanto es así que hoy en día todo el mundo conoce, por ejemplo, el desastre de la Armada Invencible y la derrota en la batalla de Trafalgar, pero si preguntamos por el desastre de la contra armada, o por el sitio de Cartagena de Indias lo más posible es que encontremos indiferencia y desconocimiento. Al que conozca estas gestas mis más sinceras felicidades por su interés en temas históricos.
Tras esta breve introducción volvamos al personaje que nos ocupa, Don Blas de Lezo, también conocido como “patapalo” o ”medio hombre”. Nació en Pasajes, Guipúzcoa, en 1689 y murió en Cartagena de Indias, en 1741. Cuarto de diez hermanos se enroló joven, con solo 12 años, como guarda marina al servicio del Conde de Toulouse en la marina francesa. Participa en la guerra de sucesión a favor de Felipe de Anjou, futuro Felipe V, y en la batalla de Vélez Málaga pierde una pierna. El valor mostrado le hace que sea ascendido en 1704 a Alférez de Bajel. Continua patrullando el Mediterráneo, apresando barcos y mostrando un valor y arrojo admirable. En el la batalla de Tolón le salta un ojo una esquirla tras un impacto.
Asalto al del barco Ingles Stanhope
En 1707 es ascendido a Teniente. En 1710 toma al asalto, tras un cruce de cañonazos el destacado barco británico Stanhope de 80 cañones. Blas de Lezo se encontraba al mando del una fragata con la mitad de cañones. La cara de los británicos, superiores en número, cuando unos españoles totalmente desatados lanzaron grafios al barco británico para acercarlo al suyo y abordarlo tuvo que ser de espanto. En 1714 durante el asedio a Barcelona recibió un balazo de mosquetón en un brazo. Así pues con 25 años, Blas de Lezo, estaba cojo, manco y tuerto.
Las gestas de Blas son incontables y las podemos leer en numerosas referencias (ver final de la entrada), por lo que me ceñiré a las más importantes. En 1730 es ascendido a Jefe de Escuadra, y le es encomendado resolver el pago de una deuda de dos millones de pesos que mantenía la república de Génova con España. Ni corto ni perezoso se presentó en el puerto de Génova y bajo la amenaza de que la escuadra comenzaría a bombardear la ciudad si no se realizaba el pago, consiguió que se saldara la deuda. Además antes de volver, hizo que la ciudad de Génova rindiera homenaje público a la Bandera de España.
Todos estos servicios a la corona lo hicieron ascender en 1734 a Teniente General de la Armada. En todo caso su mayor gesta estaba por venir, el sitio de Cartagena. En aquel tiempo Cartagena de Indias era el mayor baluarte español en América. Era la posición estratégica más importante para el comercio nacional y mantenerla era vital para el estado, que dependía fuertemente de las importaciones desde allí. Los ingleses a sabiendas de la importancia de este puerto y de que su conquista sería un duro golpe para el imperio español, así como por el interés en fortalecer su posicionamiento en América, estaban buscando cualquier justificación para comenzar un ataque a la ciudad. La justificación la encontraron gracias a otro español, Juan de León Fandillo, el cual apresó al corsario y contrabandista Robert Jenkins cerca de la península de Florida. Juan en vez de ejecutar al corsario, le cortó una oreja y le dijo:
“Ve y dile a tu Rey que lo mismo le haré si a lo mismo se atreve”.
El almirante Vernon. Cuadro de Thomas Gainsborough
Robert Jenkins se presentó, por mediación del Almirante Vernon, en una comisión en la cámara de los comunes sin su oreja, contando la afrenta y dio la justificación necesaria a los ingleses para comenzar en 1739, la denominada “Guerra de la oreja de Jenkins”. La corona de Inglaterra encomendó al citado Almirante Vernón la toma de posiciones españolas en el Caribe. Este almirante tomó las plaza de Chagres y Portobelo, esta última plaza dio nombre al florido barrio londinense. Vernon desde Portobelo desafió a Lezo, a sabiendas que era su gran rival; éste le contestó:
“Si hubiera estado yo en Portobelo, no hubiera su merced insultado impunemente las plazas de Rey mi Señor, porque el ánimo que faltó a los de Portobelo me hubiera sobrado para contener su cobardía”.
La confrontación con Inglaterra en esas fechas era tal que el propio Lezo apuntaba frases como la siguiente:
"Todo buen español debería mear siempre en dirección a Inglaterra"
Menudo carácter el de nuestro Blas. Pues bien Vernon se presentó enfrente de Cartagena de Indias el 13 de marzo de 1741, con una de las mayores flotas militares que se había agrupado hasta el momento, 186 navíos con 3.000 cañones y 23.600 soldados, marinos y macheteros negros de Jamaica, más 4.000 voluntarios americanos de Virginia. Por comparar, la armada invencible española contó con 126 barcos. Las defensas de Cartagena no pasaban de los 2.300 militares españoles, 600 arqueros indios de nación Calamarí y 6 barcos. Blas de Lezo, viendo la inferioridad española, plantea una estrategia basada en alargar la resistencia de la ciudad todo el tiempo posible, cavar una zanja de 2 metros alrededor de la muralla y una serie de trincheras en zig-zag que impidieran situar cañones de forma cercana al bastión del Castillo de San Felipe, última defensa de la ciudad, por último envía falsos desertores a los ingleses para que les indiquen pistas falsas sobre la situación de las defensas de la ciudad.
Entrada de las tropas inglesas en la Bahía de Cartagena de Indias
Los británicos se dedicaron durante 30 días a disparar contra los diferentes fuertes que protegían la ciudad y bahía de Cartagena antes de tomar tierra. Viendo su superioridad Vernon escribió a Londres dando por sentada su victoria y la toma de la ciudad. Blas de Lezo, por su experiencia debido a las bajas que había tenido su guarnición desde que llegaron a América, tenía calculado que en unas tres semanas gran parte de la tropa inglesa enfermaría de malaria o paludismo, debido a la baja adaptación que tenían éstos al clima caribeño. De ahí el interés en alargar el tiempo del asedio. Los británicos lograron entrar a la bahía de Cartagena el día 16 de abril. El 20 de abril de 1741 tras desembarcar lanzan lo que esperaban fuera el asalto definitivo al último bastión que les quedaba tomar antes de entrar en la ciudad de Cartagena, el Castillo de San Felipe. El ataque británico cuenta con unos 9.500 hombres. Estos tras una lucha en las trincheras se lanzan hasta llegar a los pies del castillo. Cuando sitúan la escalas para proceder al asalto se dan cuenta que a éstas les faltan 2 metros para llegar a la parte superior de los muros, justo la profundidad de la zanja ordenada excavar por Blas. Asimismo son atacadas más fuertemente las zonas mejor protegidas de la fortaleza, fruto de la información indicada por los falsos desertores. En resumen los británicos al no alcanzar la parte alta de la muralla y sin saber cómo continuar el ataque no son capaces de reaccionar y son acribillados por las tropas españolas desde lo alto del fuerte.
Medalla impresa en Inglaterra conmemorando la victoria de Vernon en Cartagena de Indias. En la medalla Blas de Lezo está arrodillado ante Vernon, escena que nunca ocurrió.
En medio del desorden y desconcierto general del ejercito ingles, Blas, en contra del resto de responsables del fuerte, realiza una operación arriesgada, manda a sus 300 mejores hombres empuñar sus bayonetas y lanzarse contra los ingleses que han huido refugiándose en las trincheras. En esta operación los tercios españoles masacraron a los ingleses y a los inexpertos voluntarios de Virginia. Esta acción acabó por desarmar la moral del ejercito inglés ya debilitada por las enfermedades. Los británicos tras replegarse todavía estuvieron 30 días más bombardeando la ciudad, nos podemos imaginar con la idea de causar daños en los fuertes para organizar un nuevo ataque. En todo caso durante este periodo de tiempo, las bajas por cólera, malaria y escorbuto diezmaron a las tropas inglesas. Las bajas durante el asedio fueron del orden de 9.500 hombres y 7.500 heridos y perdieron 50 naves muchas de ellas hundidas por ellos mismos al no disponer de marineros. Las bajas finales fueron superiores fruto de las enfermedades. Los españoles sufrieron 800 bajas, 1.200 heridos y perdieron sus 6 barcos, algunos hundidos por ellos mismos para impedir el paso al puerto en la fase inicial del asedio.
Vernon envío una última carta a Lezo diciéndole:
“Hemos decidido retirarnos, pero para volver pronto a esta plaza , después de reformarnos en Jamaica”.
Lezo contestó a esta carta de la siguiente forma:
“Para venir a Cartagena es necesario que el rey de Inglaterra construya otra escuadra mayor, pero esta solo ha quedado para conducir carbón de Irlanda a Londres, lo cual les hubiera sido mejor que emprender una conquista que no pueden conseguir”.
Don Blas de Lezo observando desde un espigón la retirada de las tropas inglesas
En julio de 1741, tras salir de Cartagena Vernon intentó asaltar Santiago de Cuba, con un desembarco de 4.000 soldados, pero una defensa a base de guerrillas y emboscadas, por parte de las tropas españolas, le hace perder la mitad del contingente y nuevamente desisten. Tras aprovisionarse en Jamaica volvió a Cartagena, pero tras divisar que los daños en los bastiones habían sido reparados y que su tropa estaba con la moral baja, además de estar diezmada por las enfermedades, optó por regresar a Londres, donde ya habían celebrado por todo lo alto la toma de Cartagena. La mayor operación llevada a cabo por la Royal Navy inglesa en su historia hasta ese momento había supuesto también su mayor fracaso.
Al llegar a Londres y conocerse la verdad sobre la campaña en América, Vernon fue destituido como almirante. En su juicio, el informe que presentó John Pembroke indicaba que las bajas finales de la operación fueron 18.000 hombres, 9.000 a manos de los españoles y otros 9.000 por enfermedad, de los voluntarios de Virginia perecieron 4 de cada 5. El rey Jorge II prohibió a los historiadores que se recogiera este capítulo en los libros de historia de Inglaterra, un verdadero acto de manipulación de la historia. No obstante parece que el rey Jorge, si bien no pudo vencer aquella guerra, sí que consiguió que la derrota fuera prácticamente borrada de la memoria de las sucesivas generaciones. Los ingleses niegan sus derrotas y los españoles olvidamos nuestras victorias.
Blas de Lezo durante todo el sitio tuvo bastantes diferencias con el Virrey de Cartagena de Indias D. Sebastián de Eslava, llegando a ser destituido durante el sitio, para luego ser restituido en vista de que era el único capaz de resolver la difícil situación de la ciudad. Tras acabar el sitio el Virrey escribió a S.M. el Rey censurando el comportamiento de Blas de Lezo, el cual fue destituido en la R.O. de fecha 12 de octubre de 1741. Don Blas nunca se enteró de tal injusticia ya que falleció el 7 de septiembre, fruto de las heridas de la batalla y una posterior infección. Murió en la más absoluta miseria siendo enterrado en una fosa común, sin que se hayan podido encontrar su restos hasta el momento, un ejemplo más de la envidia y cinismo español, enfermedad de nuestra patria ya descrita por Bismark, con cierta ironía, hace más 150 años:
“Estoy firmemente convencido de que España es el país más fuerte del Mundo. Lleva siglos queriendo destruirse a sí misma y todavía no lo ha conseguido. El día que deje de intentarlo, volverá a ser la vanguardia del mundo”. Discurso ante el parlamento del norte de Prusia (Alemania, 24 de septiembre de 1867).
Vernon por su parte falleció en 1757 y fue enterrado en la abadía de Westminster, con el epitafio que indicábamos al principio de la entrada.
Pasados 20 años se hizo un primer homenaje a Blas de Lezo en la figura de su hijo, concediéndole el Marquesado de Oviedo. Tras ello pasó a un incomprensible olvido. En los últimos años se han hecho diferentes gestos para rehabilitar su imagen; en noviembre de 2014 se instaló una estatua suya en la plaza de Colón de Madrid, así que si pasáis por allí seguramente podéis contar a los que miran extrañados a una estatua de un hombre con una pata de palo, manco y tuerto, que ha sido el más grande héroe militar en la historia de este país y que gracias a él gran parte de América habla español. En noviembre de 2009 se dispuso en Cartagena de Indias una placa en el Fuerte de San Felipe, cumpliendo una de las últimas voluntades de Don Blas, en ella se indica:
“Aquí España derrotó a Inglaterra y sus Colonias. Cartagena de Indias, marzo de 1741".
Placa en recuerdo de la victoria situada en las murallas del Fuerte de San Felipe en Cartagena de Indias
La Victoria en Cartagena aseguró durante más de 60 años el asentamiento español en América. Este asentamiento contribuyó a que posteriormente a través de Bernado de Gálvez España ayudara al desmoronamiento de las colonias inglesas en Norteamérica, por cierto otra historia también bastante olvidada.
El recordar y rememorar a nuestros personajes ilustres es bastante más sano que rememorar nuestros fracasos y problemas constantemente. Mucha gente ha luchado por lo que tenemos ahora y es una herencia que no debemos olvidar. Deberíamos aprender a honrar a nuestros héroes y enorgullecernos de ellos, sin caer en el enaltecimiento de radicalismos ni en su uso politico; sino con el fin de tener consciencia de la historia que está detrás de nosotros, entendiendo el contexto en el que se desarrollaron sus actos, y aprendiendo de la herencia recibida de ella; hacia donde avancemos es cuenta nuestra, de dónde venimos no lo podemos cambiar. Don Blas de Lezo es todo un ejemplo de liderazgo, de superación frente a sus limitaciones físicas y de lucha por sus convicciones y principios, todas ellas aptitudes de plena actualidad. Si en Estados Unidos de América hubieran tenido un héroe a la altura de él, estaríamos saturados de superproducciones de cine con sus gestas; aquí tras 300 años estamos comenzando a colocarlo en el lugar que se merece. Su figura merece ser recordada y su ejemplo enseñado a todos.
Terminamos con la arenga lanzada por Blas de Lezo en marzo de 1741 ante el ataque del almirante Vernon, un ejemplo de liderazgo en una situación límite:
“– Soldados de España peninsular y soldados de España americana. Habéis visto la ferocidad y poder del enemigo; en esta hora amarga del Imperio nos aprestamos para dar la batalla definitiva por Cartagena de Indias y asegurar que el enemigo no pase. Las llaves de Imperio han sido confiadas a nosotros por el Rey, habremos de devolverlas sin que las puertas de esta noble ciudad hayan sido violadas por el malvado hereje. El destino del Imperio esta en vuestras manos. Yo, por mi parte, me dispongo a entregarlo todo por la Patria cuyo destino está en juego; entregaré mi vida, si es necesario, para asegurarme que los enemigos de España no habrán de hollar su suelo, de que la Santa Religión a nosotros confiada por el destino no habrá de sufrir menoscabo mientras me quede un aliento de vida. Yo espero y exijo, y estoy seguro que obtendré, el mismo comportamiento de vuestra parte. No podemos ser inferiores a nuestros antepasados, quienes también dieron la vida por la Religión, por España y por el Rey, ni someternos al escarnio de las generaciones futuras que verían en nosotros los traidores de todo cuanto es noble y sagrado. ¡Morid, entonces para vivir con honra! ¡Vivid, entonces, para morir honrados! ¡Viva España! ¡Viva el Rey! ¡Viva Cristo Jesús!- “
NOTA: La entrada está escrita según las fuentes recopiladas que se exponen a continuación. Dado el carácter divulgativo del blog se han novelado los hechos para hacer más amena su lectura. En todo caso indicamos que existen otros autores que no comparten la visión mostrada, indicando que la victoria no fue tal, que el papel de Blas de Lezo fue mas secundario, que hubo una relevancia más importante de otros personajes, como el virrey Eslava, y de la importancia de la logística y organización en la preparación de las defensas antes de la batalla. Imaginamos que todos estos aspectos fueron cruciales y no deben ser obviados. No es el objeto de esta entrada realizar un análisis critico de la historia, por ello en caso de que se quiera una mayor información sobre la batalla remitimos a fuentes especializadas.
Fuentes:
http://www.grandesbatallas.es/batalla%20de%20cartagena%20de%20Indias.html
https://es.wikipedia.org/wiki/Blas_de_Lezo
http://www.artemilitarynaval.es/2015/10/blas-de-lezo-y-las-defensas-de.html
http://www.abc.es/20121026/archivo/abci-blas-lezo-201210251658.html
http://www.perezreverte.com/articulo/patentes-corso/553/el-vasco-que-humillo-a-los-ingleses/
http://www.todoababor.es/articulos/bio_lezo.htm
http://www.todoababor.es/articulos/art_2.htm
https://es.wikipedia.org/wiki/Robert_Jenkins
http://anecdotas-historia.blogspot.com.es/2011/03/blas-de-lezo-el-hombre-que-defendio-un.html
Tags:
historia
Personajes
2 comentarios
La historia completa ,sin novelar ni fantasías, en www.labatalladecartagenadeindias.com
ResponderEliminarMás disparates imposible. La historia es algo más que fantasías heróicas.
ResponderEliminar